lunes, 24 de septiembre de 2007

¿Para qué limpian tanto un coche que no mueven?

Esta frase la encontré navegando por ahí... Muy apropiada para el tema que ultimamente ando "rusmiando" (expresion canaria para designar una "comedera de coco").

¿Para qué limpian tanto un coche que no mueven?

Realmente es una buena metáfora. Para qué queremos un Centro de Artes escénicas, un conservatorio de música, una futura escuela de Danza, Bellas artes y tantas cosas más para adornar nuestro "Patrimonio Cultural", si después ellos mismos pisotean esa cultura fomentando actitudes contrarias.
De todos es sabido que hoy en día el teatro no goza de buena salud... ¿quién tiene la culpa?. LOS POLÍTICOS, sin duda responderán los más avezados y sí, en parte, tendrían razón. Sin embargo, y que conste que esto no es más que una opinión personal, la responsabilidad es de las BaaKas.
Ahora es cuando decides dejar de leer por la falta de ortografía básica que he cometido, sin embargo, déjame explicarlo:
-Baaka: del japones, significa Idiota.
-Evidentemente la intención principal era escribir "La responsabilidad es de las vacas" pero intencionadamente también lo escribí con "B" porque me refiero a vacas muuuy grandes.
-Y por último, he hecho alusión al vocablo vacuno para referirme a estos bóbidos simpáticos que tienen en la India a los que denominan Vacas Sagradas.

Una vez hecha esta explicación, continuo (y gracias por seguir leyendo). Estas Vacas Sagradas son antiguos espíritus libres del mundo del teatro, hippies que en su momento luchaban por unos ideales, por la igualdad, por los derechos... pero ahora todo eso ha terminado. Porque esos hippies ahora están arriba y tienen poder, y el poder corrompe. Se han aburguesado y se han olvidado de su lucha, ya han perdido el interés por el arte y ya no comprenden a los artistas... Han creado su feudo y dentro se sienten seguros, ahora solo se preocupan por tener un cupo de alumnos y recibir un subvención, aderezada por la costosa matrícula que abonan los aspirantes a artistas.

Se necesita una revolución, abandonar las instituciones y volver a llevar el arte a la calle, al alcance de todos. No quiero entrar en debates, solo propongo que si el teatro Guimerá está fuera del alcance de pequeñas compañías, que esas pequeñas compañías tomen otros espacios: Que las calles se llenen de payasos, mimos, pantomimistas, malabaristas, pintores, músicos, cantantes... Que cada uno de su arte como prefiera, vendido, regalado, trocado... pero que se le ofrezca al público sin intermediarios.

El título refleja una triste realidad:
La Escuela de Actores tiene un edificio moderno y precioso (de discutible utilidad), pero dentro ya no existe el teatro, hay una institución burocratizada que ya no está a pie de escena con los aprendices de Actores, el arte ya no importa. La Facultad de Bellas Artes se viene abajo y los aprendices de pintores, escultores y demás se marchan lejos, a otros feudos porque este ya no da de comer... se van a morir de hambre a feudos más grandes.

Por qué los políticos, henchidos de orgullo, vociferan la oferta cultural, cuando la capital solo tiene un teatro funcionando; cuando la Laguna, ciudad de la cultura, prácticamente tiene cerrados sus treatros (a excepción de la salita Tragaluz).

¿Para qué le damos la medalla de oro de Canarias a la Escuela de Actores si los actores que salen solo tienen dos opciones: o tragar bajo el yugo de las Vacas Sagradas o buscarse la vida y salir adelante solo esperando poder ganarse la vida con su arte...? Son pececillos nadando entre tiburones.

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