lunes, 13 de diciembre de 2010

(¿)El Fin del mundo(?)


Pregunta: ¿Se está acabando el mundo?. Porque... a decir verdad no hay más que conectar la caja estúpida y darse cuenta que el mundo conocido se está yendo al garete por correo urgente.
Reflexionando sobre la cantidad de desastres, muertes, y cosas chungas varias uno podría pensar que, efectivamente, no vamos a llegar al 2012. Sin embargo, hay una pequeña lucecita a modo de esperanza que se me alojó en mi materia gris: teniendo en cuenta en que vivimos en un mundo tan mediatizado (que tenemos información hasta en los relojes) donde prima la inmediatez y algo que ha ocurrido hace unas horas ya es pasado, puede (y recalco el puede) que el mundo ya estuviera jodido desde que el hombre es hombre, sólo que ahora nos enteramos más rápido de lo que ocurre al otro lado del planeta. Podría ser que este mundo estuviese reinado por el Caos y la Aleatoriedad de los acontecimientos y que estemos en esta bola flotante en el espacio por pura chiripa.
O por el contrario podría darse el caso de que el problema de nuestra Tierra sea el ser humano y que de verdad esté intentando quitarnos de enmedio como si de una infección se tratase.
Podríamos haber coexistido como especie en simbiosis con el planeta, y sin embargo cada vez nos comportamos como un parásito que hay que exterminar.

domingo, 25 de abril de 2010

Descargas en la red: Un nuevo berenjenal...(me explico)


Andaba naufragando por la red (yo no navego, es que me mareo en los barcos) y he visto varios debates entre representantes de la SGAE y defensores de las descargas en la red. Ambos esgrimian argumentos probablemente legítimos (en los que no voy a profundizar para no entrar en debate) se lanzaban culpas unos a otros sin llegar a una conclusión.

Dándole vueltas a mi babosa cerebral me hice un pequeño esquema con flechitas de colores y alcancé algunas conclusiones, que si bien no son definitivas, a lo mejor despejan un poco el panorama. Vayamos por partes:

Trabajo en el mundo audiovisual, escribo y en ocasiones compongo y por eso entiendo el concepto de los Derechos de Autor y de la legitimidad de recibir compensación por ese trabajo. No descargo de internet, sin embargo comparto archivos via P2P (la mula y esas cosas) amparándome en la resolución judicial de que no es constitutivo de delito intercambiar archivos. Por otro lado me considero un paladín en contra de la SGAE y aquí debo aclarar algo:

-Un par de veces, como autor, he pensado asociarme a la SGAE y proteger mis derechos, he acudido a sus oficinas y me he llevado su contrato para leerlo antes de firmar. Desde mi humilde opinión, asociarse a la SGAE no consigue más que hacer que una sociedad privada obtenga beneficios por tu trabajo bajo la excusa de proteger tus derechos. Para esto, existe el Registro de la Propiedad intelectual que se encarga de atestiguar que eres el autor legítimo de tu obra. Si descubres un uso ilegal de la misma tienes el derecho de tomar acciones legales respaldado por el Estado.

Meditando, pues, me di cuenta de quién en realidad se lucra a base de todo este tinglado: Las operadoras de teléfono. Nada más decir que pago más de ochenta euros por mi conexión de banda ancha teniendo en cuenta que la conexión en españa es la más lenta de Europa... ¿quienes son los piratas?

domingo, 18 de abril de 2010

¡Pandemia! (o Conspiranoia 1.0... y vendrán más)


No voy a aburrir con la perdiz mareada de la Gripe A, o los negocios de las farmacéuticas. Ni de si el VIH fue creado en el laboratorio. A decir verdad me quiero centrar en la verdadera pandémia que nos asola.

Desde niño fui un curioso, pero curioso de los cansinos, no paraba hasta que encontraba una explicación a mi duda que calmara mi necesidad de saber (lo que ocurría rara vez). Eso me generaba una frustración infantil (que Super Nanny dice que los niños deben aprender a frustrarse) y la sensación de que esos adultos a los que le debía respeto porque sí (y yo creía que el respeto se ganaba) eran más ignorantes que un paramecio.

No se si por cansancio o intencionadamente, ya en mi más tierna infancia mis padres tomaron la decisión de responder a mis preguntas con algo que me marcaría hasta hoy: búscalo en los libros.

Y lo hice. El último inventario de la biblioteca de mi padres contaba con más de un millar de libros entre ellos desde la literatura clásica y el teatro con joyas tales como El Quijote o La Divina Comedia, La vida es Sueño (ríete tu de Matrix), Los Miserables, enciclopedias, ensayos, poesía... Mis padres sin saberlo me convirtieron en Triki el Monstruo de los Libros. A excepción de Los Asesinos de Elia Kazan y Casa de Muñecas de Ibsen (lo leería más tarde) a mis trece años había devorado toda la biblioteca de mis progenitores (Incluyendo la Biblia, si, hay que leer de todo).

Siempre fui un bicho raro, cuando mis compañeros de clase durante el verano leían Teo va al Circo, yo me zampaba toda la bibliografía de Julio Verne y de postre la de Agatha Christie. Actualmente, por el tiempo del que dispongo (que no es demasiado) me leo en torno a tres libros por semana, no suelo mezclar que se me sube demasiado, y pese a ello, me siento un completo ignorante.

Dijo aquel señor con barba, que debía saber mucho aquello de "Sólo se que no se nada". Yo no llego a tanto, saber algo si que sé: puedo andar y hablar al mismo tiempo y manejar máquinas simples (mando a distancia, ordenador, aceleradores de partículas... lo último es una coña pero me hacía gracia)

Pues con todo esto llegamos al tema que me trae hoy aquí: el conformismo borreguil de las masas mediopensantes. Su filosofía se reduce a "es verdad que lo vi en la tele" y punto. Esa pandémia de la que hablo no es otra que la Ignorancia. Es verdad que un tonto puede ser más feliz, pero que queréis que os diga, a mí eso me suena a conformismo. Hay tanta incongruencia en el mundo y la gente no se pregunta:

- Oye, ¿y esto a qué viene?

Se limitan a recibir la información ya filtrada, masticada, digerida y regurgitada y tan panchos.

- ¿Quién inventó la radio? -pregunté a lo que Morgan Freeman me respondió
- ¿Quieres que te diga el nombre del que aparece en los libros de historia o el nombre del que realmente inventó la radio?
-Ambos - dije en un gesto chulesco
-Los libros dicen que Marconi la inventó, sin embargo usó más de diecisiete patentes de Tesla y sus estudios sobre emisión de radiofrecuencia y en los sesenta un tribunal dictaminó por fin que Tesla había inventado un dispositivo de radio quince años antes que Marconi, aun así este sigue apareciendo como el legítimo inventor.

Tras esta conversación ficticia con Morgan queda claro que no es mejor quien lee, porque los libros están llenos de mentiras o para ser menos radicales diré que tiene incorrecciones. El verdadero conocimiento está en la inquietud del que lo busca, el que lee, contrasta, compara y no se limita a encontrar una respuesta sino a plantearse nuevas preguntas.

Probablemente llegaré al fin de mis días sin el sentimiento de haber resuelto todas mis dudas, pero sí con la convicción de que al menos rasqué un par de capas de la mierda que cubre a la Verdad.

No se si todo esto tiene algún sentido o es un simple desvarío de insomne, no se si lo que voy a escribir es mio o lo leí en alguna parte, incluso puede que lo haya visto en alguna película (me suena a consejo sabio de Yoda) pero creo que el verdadero conocimiento no está en hallar la respuesta, sino en plantear las preguntas correctas. sólo de esa manera puede que nos acerquemos un poco más a la Verdad.

Veritas vos Liberabit

miércoles, 7 de abril de 2010

carta a los señores Numerati

Para empezar, voy a explicarme: los Numerati, según un escritor norteamericano, son un grupo de estadistas y matemáticos que hacen acopio de todos nuestros movimientos consumistas para crear un perfil matemático que prediga nuestros gustos, hábitos de compra etc. por medio de las tarjetas de crédito, tarjetas de puntos de gasolineras y comercios, webs que visitamos y así ad infinitum. Todo ello para bombardearnos con publicidad personalizada y adelantarse a nuestras intenciones de comprar lo que sea. Pretenden crear una suerte de mapa de ADN de cada consumidor. Pues sólo de pensar la de datos y operaciones matemáticas que tiene que estar haciendo un pobre señor para predecir mis erráticos hábitos, ya que también tiene ordenadores escrutando nuestros blogs, he decidido simplificarles la tarea.

Estoy en torno a la treintena, y soy socialista tirando a rojillo radical con tendencia a soluciones extremas más propias de un Villano de cómic que a un hombre de carrera con dos dedillos de frente. Mis hábitos de consumo son los siguentes: fumo cada vez menos, bebo una cervecilla de vez en cuando y salgo a cenar en ocasiones. No tengo pensado comprarme un coche y las ofertas en cosméticos me la sudan. No voy a viajar principalmente porque no puedo asi que ahorrense también ese tipo de publicidad.

Teniendo en cuenta mi poder adquisitivo, comprarme una pantalla de 47 pulgadas tampoco está dentro de mis prioridades. Podrian por favor ahorrarme también los molestos correos referidos a la funcionalidad de la pierna del medio: estoy contento en todos los aspectos. Y para terminar decir que si esos matemáticos se rompen la cabeza y usan potentes computadores para predecir lo próximo que voy a comprar les pregunto: ¿no sería más facil si me preguntan?