jueves, 19 de septiembre de 2019

No se hable más: ¡me meto a puta!

   Es que es un chollazo, de verdad. Es la puñetera panacea para todos los males y si no, piénsalo:

-Como es una actividad económica no regulada ¡It's free! Ni impuestos, ni autónomos, ni pingas en vinagre (bueno, pingas sí). ¿Hacienda? ¡pedorreta pa ti!
-Puedo tener el horario que me plazca.
-Puedo cobrar lo que me plazca porque, para qué nos vamos a engañar, se me da bastante bien.
-Haciendo números podría vivir cómodamente sin rendir cuentas a nadie.
-Piénsalo ¡Que te paguen por follar! Es un sueño.

   No sé como no se nos había ocurrido antes. Deberíamos meternos todos a puta...

   Si aún no has captado la ironía de lo que escribo, voy a rebajar el tono cómico poco a poco para que no entres en shock. Pero clarito, clarito que voy a escribir.

   Puedo cobrar una pasta, en un mundo en el que no tengo ninguna obligación ni responsabilidad familiar. Puedo elegir que todas mis clientas sean jóvenes multimillonarias, guapísimas y que ronden los veinticinco. Si es que estoy tardando en empezar.

   ¿Lo vas pillando o aún no? Pues sigo rebajando el tono. Pongamos que la cosa no es tan bonita y las multimillonarias de veinticinco están ocupadas con instagram o queriendo codearse con las Kardashian. Bien, bajaré el listón y optaré por mujeres de buen ver que quieran pasar un buen rato sin ningún compromiso. Sígue siendo un chollo. Ellas tienen diversión y yo vivo a cuerpo de rey.

   Nada que objetar. Si no te lo habías planteado hasta ahora, este es tu momento: hazte acompañante o scort o puto o como quieras llamarlo. Y oye, que si eres mujer la cosa es aún mejor, que dicen en Telecinco que una prostituta en Ibiza se puede sacar más de ciento veinte mil euracos en un mes. ¿Tú sabes para la de caprichitos que da toda esa pasta? 

   ¿Sigues sin estar convencido? Pero vamos a ver que todo son ventajas... si te crees eso de "prostituirse por voluntad propia".  Pero cuando la prostitución es la solución y eres mujer, la cosa pierde toda la gracia.

"Pues con las putas puedo hacer lo que quiera, que para eso las pago. Y las chicas de mi edad no se dejan, son unas estrechas". "Hay personas que se dan un capricho al comprar una ropa de marca. Yo destino parte de mi sueldo al placer". "Intenté ligar a través de varios populares sitios de citas, pero no obtuve éxito. Así que para satisfacer mis necesidades físicas, me pasé a la prostitución"

   Son testimonios de puteros (iba a poner ususarios de servicios sexuales) pero para qué andarnos con tonterías. Hace unos días leí un artículo de Iria Bouzas que, honestamente, me revolvió las entrañas. El artículo no tiene desperdicio y habla de la realidad del problema de la prostitución. 

   No vemos que una mujer que mantiene relaciones sexuales por dinero con un hombre, lo hace por obligación de sus circunstancias o de proxenetas o redes de trata de mujeres. Un estudio realizado por Carmen Meneses, doctora en Antropología Social y profesora de la Universidad Pontificia de Comillas con una encuesta entre hombres de una muestra de 1.048 entre 18 y 70 años, solo el 34% de los hombres que reconocieron consumir prostitución cree que es una forma de violencia contra la mujer. Un 28,6% considera que son prostitutas porque les gusta y un 48,4%, porque así obtienen dinero para lujos o extras.

   El problema es que no lo vemos y lo tenemos delante. Y lo peor de todo es no saber cuál es la solución ¿Criminalizar la prostitución y llenar las cárceles de mujeres que, obligadas por la necesidad, se han visto forzadas a recibir dinero a cambio de sexo? ¿Regular la prostitución y que cada putero tenga que pagar con datáfono y solicitar su factura con IVA para incluirla en la declaración? Porque en nuestro país sólo es delito el proxenetismo y la trata. Cómo resolver este problema... No tengo ni idea y como exponía Iria en su artículo ¿Si prohibimos la prostitución no le estaremos quitando el único recurso que tienen muchas mujeres de tener algún ingreso? Entonces, para resolverlo primero debemos proteger a esas mujeres que están lejos de poder tomar una decisión libre y poder ejercer la "prostitución voluntaria" si es que no se trata de otra falacia más. Nelly Arcan lo escribió en su libro Puta en 2001, que siendo una joven blanca de buena familia y viviendo en el mejor país del mundo (Canadá) decidió dedicarse a la prostitución. Un verdadero cuento de hadas.
Nelly Arcan se suicidó nueve años después de sacar su libro. 

   No sé si me declaro abolicionista o no, son muchas cosas sobre las que reflexionar, pero cada vez tengo más claro hacia dónde deberíamos mirar los hombres.

lunes, 2 de septiembre de 2019

¿Ayer y hoy?

Esto lo escribí hace un año pero no llegué a publicarlo. Lo hago hoy porque es como si lo hubiese escrito anoche (salvo por lo del insomnio...)

Hacía meses que no me desvelaba. Había alcanzado el estado de equilibrio emocional suficiente para dormir de un tirón. Pero desde hace unas semanas algo me pasa. Lo achacaba al trabajo, hay plazos que cumplir y muchas veces mi trabajo depende de la ineptitud manifiesta de las instituciones públicas, lo que ataca a mi obsesión por el control de las situaciones... Pero, no era sólo eso.

Pasado el periodo de estrés mi cabeza sigue dando vueltas por la noche hasta tal punto que he dejado de tomar mi adorado café y antes de dormir me tomo una tila caliente o cualquier infu-descanso para poder mantener mi sueño en equilibrio...

-Pero ¿Qué demonios es eso que tanto me perturba?
-Eso, Marty, es el condensador de Fluzo.
-¿Un condensador de fluzo?
-Exacto, es lo que hace que los viajes en el tiempo sean posibles...

Y eso es lo que debe tener conectado nuestro país. Un chisme que nadie entiende y que nos está haciendo retroceder a los 50. Porque ¿Qué otra explicación puede tener la vuelta a conductas que creíamos superadas? Palmeros de la ignorancia, curas con peso mediático y todo lo que trae en cola la negación a que el machismo desaparezca. Y en las redes sociales encuentran su feudo.

Me estoy cansando de argumentar, de tratar de hacer de este mundo un lugar mejor y lo único que tengo ganas es de abofetear a cualquiera que diga que a los hombres también nos matan...

Y cuando la única respuesta es la violencia te tienes que dar cuenta de que algo está fallando. Anoche hablaba con un amigo sobre la igualdad... Tema complejo y largo pero llegamos a la conclusión de que no se quiere arreglar. Todo funciona como hasta ahora porque existen diferencias. Si reformasemos el sistema desde abajo, desde la escala más pequeña, obligaríamos a la sociedad a transformarse tan profundamente que sería un caos... Porque no queremos evolucionar. Estamos cómodos envueltos en nuestra mantita mientras la mierda no nos salpique.

Pero ¿Qué pasa si un día, en el trabajo de tu pareja, su jefe le mete mano? ¿O le insinua que si quiere prosperar tendrá que pasar por su cama? ¿O aprovecha que la pilla sola y la viola? Pon que es tu pareja, tu prima, tu hermana, tu amiga... ¿Qué harías? Le partirías las piernas al hijo de puta ese ¿No?

Por tanto, la violencia es lo que nos queda. Pero ¿Y si forzaramos a la sociedad a cambiar? Y si la reformamos desde abajo por ejemplo con una ley de paridad 50-50: por decreto, cualquier empresa u organismo debe tener en su plantilla un cincuenta porciento de personal femenino y cincuenta masculino ¿Qué caos, no?

Pero, sígueme en mi distopía: Tras obligar a todas la empresas a tener paridad en su plantilla (Y cuando hablo de todas, digo todas: desde transportes, contrucción, fuerzas del orden...). Empezaríamos a ver que las empresas tienen que buscar a los mejores candidatos hombres y mujeres, porque la ley les obliga a ello. Y no podrán hacer distinción de salarios. Acabaremos con las profesiones de tradición masculina y empezaremos a ver "señores de la limpieza" o "camareros de piso", albañilas, bomberas... Dejará de ser noticia que una mujer arbitre un partido porque el 50% de los jueces de línea serán mujeres. Seguirá pasando el tiempo y las mujeres habrán podido especializarse dentro de feudos de tradición masculina. Y las profesiones típicas de mujeres dejarán de existir porque habremos normalizado ver a un hombre limpiando una habitación de hotel.

¿Qué locura, verdad?