miércoles, 18 de diciembre de 2013

El Chorizo del que no hablamos.


El Menestro de Verdura habló en la revista Rolling Stone haciendo gala de su buenrollismo musical. Perlitas estupendas: "Los músicos deberían cobrar menos..." o "Veo a Rajoy como un Crooner..." (¿Por su voz profunda o por que son otros los que le escriben sus letras?) Me ha hecho gracia. Nada más. No entraré en debates políticos, de un lado o de otro, derechos de autor, legitimidad de los artistas... No, hoy quiero hablar de los chorizos y embutidos en general. No hay nada más rico que un buen bocata de embutidos, pero eso no quita que hoy se nos atragante el chorizo de turno. Unos con el grito en el cielo sobre una campaña publicitaria de una conocida marca de embutidos  presuntamente española (el 70%  de la empresa es de capital chino y mejicano...) por hacer apología de la S.F.S. (Siesta, fiesta y sangría) y de nuestra idiosincrasia castañuelil y panderetoide, donde ponemos en valor que los españoles somos lo más de lo más, por encima de cualquier otra cultura, porque somos lo que somos (signifique lo que signifique eso). Para ello hacemos gala de los tópicos que nos definen y aplicamos los tópicos que creemos que definen al resto. Ojalá mi país fuese como en el anuncio. Ojalá no hubiese currantes que se parten el lomo dieciséis horas al día a cambio de un precario jornal, ojalá no hubiese ese afán por  silenciar las voces que se oponen, ojalá no hubiese ese afán por aborregar a nuestras generaciones venideras, ojalá no hubiese que hacer un examen de calidad para tocar en la calle y sacarse unos "lereles". Ojalá no hubiesen chorizos de estos que nos dictan cómo deberíamos vivir con cuatro duros. Ojalá predicaran con el ejemplo. Ojalá cerraran la puta boca y escucharan un poco más. Esos son de los chorizos de los que hay que hablar, esa casta de "embutidos" en coches oficiales que estipulan las normas bajo las que tenemos que sobrevivir mientras viven (ellos) por encima de nuestras posibilidades. Ojalá, como dijo Wyoming "trabajaran tres meses en una lavandería ganando seiscientos euros". Ojalá me despertara un día y descubriera que todo había sido un mal sueño.

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